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Es un tema que yo he hablado mil veces con mis amigos, cual es el nuestro, cual nos define... e incluso a veces mas que diciendo cual tenemos, tratando de averiguar si hay alguno de ellos que no tengamos...
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Normalmente es un tema que se toma a broma, y nos reímos pensando en ello. Pero hoy por hoy haría cualquier cosa por lograr el autocontrol que me librara de ellos y del sufrimiento que provocan...
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Los pecados capitales (Del latín Capitalis = principal), no son exactamente los pecados “peores”.
Son aquellos a los que la naturaleza humana está inclinada de por si, que solo se convierten en “Pecado”, en algo malo, cuando superan la barrera de nuestro autocontrol y nos hacen sus títeres... “Capital” pues no se refiere a la magnitud del pecado, sino a lo difícil que es sustraerse a el, y la delgada línea que lo marca.
Pero no solo eso, de acuerdo con el propio Santo Tomas: “Un vicio capital es aquel que tiene un fin excesivamente deseable de manera tal que en su deseo, un hombre comete muchos pecados todos los cuales se dice son originados en aquel vicio como su fuente principal”. Es decir, que el pecado no es en sí el tener lujuria por ejemplo, ya que eso está en la naturaleza humana. Sino no saber controlarla, y dejándose llevar de forma inapropiada por ella cometer un sinfín de otras cosas que si serían malas...
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Los pecados capitales fueron enumerados por Santo Tomás como siete: vanagloria (Soberbia), avaricia, glotonería, lujuria, pereza, envidia, ira. San Buenaventura también enumera los mismos. El número siete fue dado por San Gregorio el Grande y se mantuvo por la mayoría de los teólogos de la Edad Media. Escritores anteriores (San Cipriano, Columbanus, o Alcuin.) enumeraban 8 pecados capitales.
No se cual es el Octavo, pero seguro que también lo tengo...
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Es complicado decidir donde está la línea (Ahí entra en acción nuestra indulgencia con nosotros mismos o nuestra capacidad de autocontrol) por que lo que se desea, lo que hace de disparador y rompe nuestras barreras de autoprotección, puede ser real o imaginario, material, espiritual... y a veces ni siquiera sabemos lo que fue. Eso es lo peor. Hay que entrenarse, conocerse bien a uno mismo, para reconocer el peligro... y a veces conocerse es duro y doloroso, y a veces dejarse llevar es mas cómodo y atractivo... aunque sepas que haciéndolo corres el riesgo de tirar tu vida por la borda...
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Mis pecados son muchos, diría que todos, pues soy una persona visceral y que jamás ha sabido el significado de la palabra autocontrol.
Pero creo que el que me define, y muy por delante del resto, es la pereza... (Por algo soy Lazy Girl, no?.)
Y la pereza, esa dejadez que me impide enfrentarme al resto de mis impulsos por que es mas cómodo y mas fácil dejarse llevar, es la que convierte mi vida en un infierno... ya lo decia mi abuelo siempre: "La pereza es la madre de todos los vicios". Y que razon tenía...
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Normalmente no me molesta. Tengo mi conciencia muy bien entrenada para estarse calladita, pero hoy lo odio...
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Maldita pereza!
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Pero no todo esta perdido. Segun la teologia, para combatir los pecados capitales hay otras tantas virtudes:
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Humildad contra la Soberbia (No confundir con Orgullo), Generosidad contra la Avaricia, Contencion contra la Lujuria, Paciencia frente a la Ira, Templanza frente a la Gula, Caridad frente a la Envidia, y Diligencia frente a la pereza...
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Si alguien sabe de un metodo sencillo, facil, comodo economico y sin esfuerzo para lograr Diligencia, que me llame...
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Es justo lo que necesito!
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