No puedo concentrarme en nada. Imposible.
Tengo tantísimo que hacer... Tengo aquí delante trabajo para mi y para tres mas. Que digo tres... ni sé el trabajo real que tengo aquí acumulado....
Pero no es solo eso, no es por sobrecarga de trabajo, por que en el hipotético caso de pasar de todo, hasta podría escribir uno de los mil posts que tengo en mente para hacer cuando pueda, o cuando tenga ganas... Tengo miles de posts acumulados en la gaveta de “Pendientes” en el cerebro...
Pero no lo hago.
Me siento aquí delante, y sostengo en la mano papeles que me dicen cero.
Me esfuerzo, de veras.
Miro el papel como si tuviera algún significado... De hecho SÉ que lo tiene.
Lo miro y lo miro y trato de forzarme a entender lo que yo misma he escrito a boli tres segundos antes de colgar el puto teléfono... la letra está clara, parece algo sencillo... venga, me digo, esfuérzate, solo tienes que leer lo que pone!. y cuando parece que por fin voy a centrar la vista... pero no. Justo entonces suena de nuevo el teléfono.
Diez minutos después tengo siete notas sobre la mesa, en la mano la misma del principio, y dos notas mas rectificando alguna (Vete a saber cual) de las anteriores, el teléfono sigue en la oreja, la enésima persona que me habla en estos 10 minutos en la inocente creencia de que mis contestaciones mecánicas significan que entiendo lo que me dice. Por detrás alguien me habla y no se muy bien que me cuenta, solo espero que sea algo intrascendente, yo asiento con la cabeza, aun con el teléfono, y digo, pásamelo por escrito... (ojala no sea algo personal, un chiste o cualquier otra cosa que me haga quedar similarmente mal).
Me doy cuenta de repente que llevo un rato en modo salvapantallas... han pasado 10 minutos y no recuerdo nada... vuelvo a la realidad, me doy cuenta de que esta vez es un nuevo pesado comiéndome la oreja al teléfono, no recuerdo ni haberme despedido del ultimo, y para colmo me parece recordar que he fijado dos citas para la semana que viene con sendos comerciales de vete a saber que, que estaban frente a mi mesa dando por saco y quería quitármeles de encima como fuera... ugh... mierda. Si al menos recordara que dia les he dicho que vengan...
Y todos estos papeles acumulándose...
Así es mi día a día, mi segundo a segundo, durante los últimos dos meses.
Entro a las 8 y media, salgo a las 2. Si voy a comer a casa (que no siempre puedo) llego allí a las 2 y media algo pasadas y salgo a las 3 y media algo pasadas. Vuelvo a entrar las 4 y me quedo hasta las 8 y media. Si en lugar de comer en casa me quedo a comer con el jefe en el polígono, entro a las 3.
Esto no es diferente del resto del año, así que no debería suponerme un problema, pero lo es.
Es un problema por que es estúpido estar aquí y encima no hacer nada.
Pero es que me siento colapsada. Me siento incapaz de leer, de escribir, de pensar... sobre todo de pensar...
Llevo así dos semanas. O hago un break este finde o mi sistema colapsa definitivamente.
Sinceramente: No se cuando volveré a postear.
He prometido hacerlo pronto, (No lo olvido, Isa) a ver si acaba el puñetero verano de una vez, y mi vida (y mi cerebro) vuelven a la normalidad.
Hasta entonces, gracias por pasar por aquí, y por vuestra paciencia con mi pobre y lobotomizado cerebro...