Un dia mas...

.

Me despierto por la mañana como tantos otros días, me despierto unas cuatro o cinco veces antes de la definitiva, me gusta remolonear un buen rato antes de recuperar del todo la conciencia. Medio despierta, cuando ya no queda mas remedio, saco cautelosamente el pie derecho de debajo del edredón y estirando la pierna cuanto puedo, como cada día, me aseguro de que mi dedo gordo del pie derecho toca lentamente el suelo de madera. Luego lo retiro a toda prisa por que aunque compré un somier a ras de suelo para que nada pudiese esconderse debajo, nunca se sabe... (y no puedo despertarme del todo si antes no me he asegurado de que lo primero que toca el suelo por la mañana es mi pie derecho...).

Luego me estiro bajo las mantas, bebo mi agua de por la mañana que dejo sobre la mesilla por las noches y me quedo mirando mi armario. Siempre me visto mentalmente antes de hacerlo físicamente. Visualizo cada gesto y cada prenda que me voy a poner antes de apartar las mantas y abrir las puertas del armario, así no tengo que abrir mas de las necesarias... Ni salir de la cama antes de tiempo.

No temo sustos imprevistos, ya que me aseguré de que las puertas fueran de cristal trasparente, para ver en todo momento lo que hay dentro y evitar que nada pueda esconderse ahí... Ruedo por la cama y abro las puertas del armario. No necesito salir, llego desde la cama.... Cojo lo que necesito y me visto bajo las mantas. Así cuando salgo de la cama ya no es un yo dormido lo que sale, sino mi yo armado, protegido, el yo del día a día.
Escucho tras la puerta, nada, no hay ruido alguno. Así que salgo. Recorro toda la casa habitación por habitación (nunca cierro ninguna puerta, salvo la de mi dormitorio para dormir, es mas seguro así, y de esta forma no me da miedo mirar en las habitaciones. Cuando compruebo que efectivamente estoy sola (es decir, vivo sola, así que lo raro sería lo contrario), me relajo y puedo empezar mi rutina diaria...

.