Angel de la guarda, dulce compañia...

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Hace un rato, cuando he abierto blogger, tenía pensado un post de coña. Quería hablaros de mi Ángel de la Guarda...

Pretendía hacer una jocosa entrada reclamando ironicamente que me devuelvan mi dinero, o buscando la dirección de la oficina del consumidor celestial, para quejarme de su marcada ineficiencia...

Y es que en tan solo un día me ha pasado de todo... me he atropellado a mi misma, quemado con aceite, cortado y raspado con hierros oxidados, roto un dedo, pillado gastroenteritis... es para ello!, pensaba yo...

Pero ahora, mientras comenzaba a pensar en como lo escribía... me he dado cuenta de que mi Ángel siempre se ha portado muy bien conmigo... así que... ¿qué razón puede tener para estos lapsus?

Tras mucho pensar, (y divagar, que a veces se me va la olla de una forma...) he llegado a la inquietante conclusión de que ha estado tan increíblemente ocupado protegiéndome de algo tan gordo que ha tenido que dejar esas pequeñas cosas de lado para concentrarse con todos sus sentidos en lo otro, considerando lo de hoy como daños menores desestimables.

Y miedo me da... Mucho miedo! Prefiero no llegar a saberlo!

Pero sea lo que sea: Gracias Ángel.

Sigue asi!

Ya no estoy enfadada...